¿Qué es la Diabetes?
La diabetes es un trastorno crónico del metabolismo que deriva de una disminución o ausencia en la producción de insulina por parte del páncreas (diabetes tipo 1) o de la incapacidad de las células para responder a la insulina (diabetes tipo 2).
Antes de entrar en los detalles de la diabetes, puede ser útil recordar brevemente qué es la insulina y cuál es su función. La insulina es la principal hormona responsable de regular los niveles de azúcar en la sangre (o los niveles de glucosa en la sangre). Cuando aumentan los niveles de azúcar en la sangre, por ejemplo después de una comida, algunas células del páncreas (llamadas células beta) producen y segretan la insulina en el flujo sanguíneo, a través del cual se transporta la hormona a las diferentes células del cuerpo. La insulina actúa sobre las células del cuerpo estimulándolas para que tomen la glucosa de la sangre, haciendo en modo que se restablezcan los niveles de glucosa en la sangre,volviendo a la normalidad y se desactive el estímulo de la secreción de insulina. La insulina es necesaria porque permitie a las células absorbir glucosa, que es el principal combustible que utilizan para producir energía, por lo que son esenciales para la supervivencia celular.
¿Por qué se desarrolla?
En pacientes con diabetes el mecanismo descrito anteriormente no funciona adecuadamente y las células no son capaces de absorbir la glucosa, incluso cuando los niveles de azúcar en la sangre son muy altos. Por esta razón, aumentan los niveles de glucosa en la sangre mientras que ,al mismo tiempo, las células mueren de hambre al no poder absorber la glucosa. Esto a su vez tiene consecuencias dramáticas en todo el cuerpo. El corazón, el hígado, los riñones, los ojos y los nervios son los órganos más afectados.
La diabetes tipo 1 y tipo 2
Dependiendo de la causa, la diabetes se clasifica en dos tipos principales: tipo 1 y tipo 2. Sin embargo, los síntomas característicos de los dos tipos de diabetes son similares e incluyen el aumento de la sed y la micción, pérdida de peso a pesar del aumento del hambre, fatiga y visión borrosa.
La diabetes tipo 1, que afecta principalmente a niños y adolescentes, es una enfermedad autoinmune causada por una reacción del sistema inmunológico del paciente contra sus propias células beta. Esto lleva a la destrucción de células beta productoras de insulina, y por lo tanto a una deficiencia absoluta de insulina. Es por eso que los pacientes afectados por diabetes tipo 1 deben administrarse inyecciones de insulina a diario para sobrevivir. En otras palabras, son "insulino-dependientes".
La diabetes tipo 2 es la forma más común de diabetes, que representa más o menos el 90-95% de los casos. A diferencia de la diabetes tipo 1, que se caracteriza por una rápida progresión de los síntomas, la diabetes tipo 2 progresa lentamente y los síntomas aparecen a una edad más tardía.
La causa exacta de la diabetes tipo 2 todavía no se ha establecido , aunque es probable que diversos factores entren en juego, como el sobrepeso o la obesidad, la inactividad física y los antecedentes familiares de diabetes. En las primeras fases de la enfermedad, el páncreas de los pacientes con diabetes tipo-2 produce suficiente insulina, pero por razones desconocidas, las células del cuerpo se vuelven progresivamente resistentes o insensibles a ella y ya no pueden absorber la glucosa de forma adecuada.
Para superar el consecuente aumento de glucosa en la sangre, el páncreas empieza a producir y segregar siempre más y más insulina hasta que, a lo largo de los años, esta sobrecarga conduce a la disfunción de las células beta, que ya no son capaces de producir suficiente insulina. Por lo tanto, los pacientes de diabetes tipo 2 se convierten en "insulino-dependientes" sólo en las últimas fases de la enfermedad.
La diabetes y la importancia del diagnóstico precoz
Es importante destacar que la diabetes tipo 2 es una enfermedad que se puede prevenir cuando se diagnostica a tiempo y es potencialmente reversible con la simple adaptación de cambios necesarios en el estilo de vida. Por el contrario, si el diagnóstico es tardío, o si se deja sin tratamiento durante años, los cambios de estilo de vida no son suficientes y los pacientes tienen que tomar medicamentos para controlar sus niveles de azúcar.
Dado que la diabetes es una enfermedad crónica que requiere generalmente tratamiento a largo plazo, incluso durante toda la vida, los pacientes deberían tener un seguro de asistencia sanitaria adecuada antes de que la diabetes pueda tener inicio.
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*Consulte siempre con un médico especializado antes de someterse a cualquier tipo de tratamiento.
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