Las infecciones del oído (otitis media): una enfermedad común durante la infancia

La infección del oído: un problema común en los niños muy pequeños

Las infecciones del oído son las enfermedades más comunes en lactantes y niños menores de tres años, aunque a veces, los adultos también pueden padecerla . En general, la infección afecta al oído medio, y por lo tanto se llama otitis media.  

Antes de entrar en los detalles de las infecciones del oído (especialmente otitis media), puede ser útil recordar qué es el oído medio y cómo funciona. El oído medio es una cavidad llena de aire que está detrás del tímpano (membrana timpánica) y que contiene los tres huesos o huesecillos del oído . La función principal del oído medio es transmitir la energía del sonido que llega al tímpano, a través de los huesecillos del oído, al oído interno, que a su vez transforma las ondas sonoras en señales eléctricas que se transmiten al cerebro y se perciben como sonidos.

El oído medio también contiene la apertura de la trompa de Eustaquio, que conecta el oído medio con la parte posterior de la nariz y desempeña un papel crítico en el control y la regulación de la presión del aire dentro de la cámara del oído medio. Es sólo a través de la trompa de Eustaquio que las infecciones nasales (como la gripe o un resfriado) puede extenderse al oído medio, causando la otitis media.

  Por lo tanto la otitis media en los niños, así como en los adultos, a menudo se desarrolla como resultado de infecciones bacterianas o virales que afectan las vías respiratorias superiores, o sea, la nariz y la garganta. Después de la infección, el oído medio se llena de líquido (moco o pus) y esto puede causar problemas de audición, así como molestias y dolor en el oído.

Posibles síntomas de la infección en el oído

No es fácil reconocer la otitis media en niños pequeños que no han desarrollado las habilidades del lenguaje para expresar el dolor o el malestar que sienten. Aún así, hay ciertos síntomas que pueden indicar la presencia de una infección del oído. Estos incluyen fiebre, dificultad para dormir, tirarse de las orejas, supuración del oído, dificultades de equilibrio y problemas auditivos. Cuando estos indicios son evidentes, es recomendable llevar al niño al médico para confirmar la sospecha de infección en el oído, que generalmente se diagnostica a través de un dispositivo médico llamado otoscopio. 

El tratamiento de la Otitis*

Cuando la otitis media no se resuelve por sí misma (que es lo que suele pasar), la mayoría de los médicos recomiendan el uso de antibióticos para matar las bacterias responsables de la infección y, a veces, analgésicos para aliviar el dolor. Es importante recordar que el líquido puede permanecer en el interior del oído medio durante meses después de que la infección haya desaparecido y, por lo tanto, los problemas auditivos pueden persistir durante algún tiempo. Sin embargo, si se trata adecuadamente, la otitis media no conduce a la pérdida de audición permanente.

  Por el contrario, cuando se deja sin tratamiento, la otitis media puede conducir a complicaciones graves relacionadas con la función auditiva (hipoacusia permanente o pérdida), que a su vez puede dar lugar a discapacidades del lenguaje y del habla en niños pequeños.

  Dado que el tratamiento de la otitis media en niños puede ser costoso, especialmente cuando la otitis se presenta más de una vez en un año, es recomendable tener un adecuado plan de seguro sanitario internacional.

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