El virus de la gripe
La gripe es una infección respiratoria causada por diferentes tipos de virus, conocido como virus de la influenza. Por lo general, se presenta en brotes, principalmente a finales del otoño y en invierno, y cada año afecta a un gran número de personas.
La gripe se propaga rápidamente a través de las comunidades, pero por lo general, sigue siendo temporal y geográficamente localizada (esta situación se conoce como epidemia). Sin embargo, a veces sucede que aparezca una nueva cepa particularmente agresiva del virus de la gripe y se propague fácil y rápidamente de persona a persona y de un país a otro, afectando una gran proporción de la población en todo el mundo. Este fenómeno se le llama pandemia, de la cual tenemos un importante ejemplo en el reciente brote de H1N1.
Todos los virus de la gripe se propagan en el aire a partir de gotitas de humedad y se transmiten de persona a persona al toser o estornudar.
Una vez que el virus ha entrado en el cuerpo a través de la nariz o la boca, provoca una serie de síntomas, incluyendo fiebre, escalofríos, tos, dolor de garganta, dolor de cabeza y / o dolores musculares. Los síntomas de la gripe generalmente aparecen al cabo de 1 a 3 días después de la exposición al virus, duran de 2 a 10 días y generalmente, desaparecen por sí solos, incluso sin tratamiento.
Posibles complicaciones peligrosas para la vida
Sin embargo, a veces la gripe puede causar complicaciones graves e incluso potencialmente mortales, especialmente en los recién nacidos, los ancianos y las personas con inmunodepresión o enfermedades crónicas, que pueden desarrollar neumonía, bronquitis, infecciones del oído, inflamaciones musculares, así como infecciones que afectan al sistema nervioso central sistema y el corazón. Es por eso que la prevención es fundamental para estos grupos de personas.
*La utilidad de la vacunación contra la gripe estacional
La vacunación es la medida preventiva más eficaz contra la gripe. En este sentido, es importante recordar que los virus de la gripe son muy variables: cada año se presenta una nueva cepa del virus de la gripe, diferente de la del año anterior y ésta no es reconocible por el sistema inmunológico humano. Por esta razón, cada año se desarrolla una nueva vacuna contra la gripe.
La vacunación contra la gripe se recomienda para las personas expuestas a un mayor riesgo de complicaciones (ancianos, mujeres embarazadas y personas con ciertas enfermedades crónicas, como enfermedades del corazón, asma y diabetes), así como para las personas especialmente expuestas a las infecciones, como los trabajadores de la sanidad.
A pesar de que, los recién nacidos tienen un riesgo elevado de desarrollar las complicaciones de la gripe, no deberían ser vacunados hasta los 6 meses de edad, debido a las posibles reacciones adversas de las vacunas.
También es importante tener en cuenta que la vacuna contra la gripe estacional (epidemia) no protege contra la gripe H1N1 y viceversa.
Por lo tanto, a las personas que se les recomienda vacunarse contra la gripe necesitan dos vacunas : una contra la gripe estacional y otra contra la gripe H1N1.
Para aquellos que no se han vacunado y enferman de gripe, el tratamiento es puramente sintomático, e incluye descanso, el uso de medicamentos contra la fiebre, descongestivos nasales y medicamentos para calmar la tos. Los medicamentos antivirales son disponibles con receta médica, para aliviar los síntomas de la gripe y reducir la duración de la enfermedad a dos o tres días.
Un adecuado plan de seguros sanitarios internacionales podría cubrir los gastos de cualquier vacuna o tratamiento.
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* Consulte siempre con un médico especializado antes de someterse a cualquier tratamiento.
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